El libro de texto que utilizamos este curso nos propone unos
poemas y un planteamiento de la poesía que me ha parecido demasiado
encorsetado. Podemos teorizar tanto como queramos sobre la poesía, incluso
hablar de ella como instrumento didáctico, pero la poesía es sentimiento, es
magia… tiene un alcance que trasciende manuales de retórica, estudios sobre
figuras literarias, tratados sobre métrica o acentuación.
Por ello —y teniendo
en cuenta el divorcio entre los temarios de Lengua y literatura castellana de
la ESO y la Literatura real como arte, no como materia— he pensado que sería
una buena idea que mis alumnos pudieran escoger un poema sin limitaciones, para
aprenderlo y recitarlo en clase, para compartir las sensaciones que produce la poesía. Con una alternativa para aquellos a quienes
todavía les cuesta expresarse en público, para ellos la posibilidad de
acercarse a la poesía como poetas, escribiendo versos y dejando que sus poemas los reciten otros.
Parece que cualquier actividad debe ser documentada con un número
considerable de objetivos, pero aquí sólo vamos a tener uno: dejar que la
poesía nos seduzca, porque «es un arma cargada de futuro».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios están sujetos a moderación y sólo serán publicados después de ser revisados por el administrador del blog.